ANOTACIONES DEL LIBRO EL ESPACIO INTERIOR DEL HAIKU DE VICENTE HAYA
EDITADO POR SHINDEN EDICIONES.
…Quien quiera que haya decido a expresarse a través del haiku deberá seguir las huellas de
siglos de tradición japonesa en el cultivo de este género literario…
… Nosotros, los traductores, debemos simplemente traducir y que sea el lector el que se haga
una imagen u otra. Es lamentable que nuestro - comprensible, pero equivocado- paternalismo
nos haya llevado a amputar del universo del haiku una infinidad de poemas, y que a resultas de
ello el lector haya llegado a concebir una coherencia desenfocada en este género.
Además de los que han trascendido al lector español, existen “otros haikus”, y son tan
legítimamente parte del corpus integral del haiku que sin ellos “el haiku de lo sagrado” no se
sostiene por si mismo, y en eso he acabado dándola razón a la tesis de Blyh. Sigo pensando
que el haiku no es en su totalidad “religious poetry”- como él defendió- sino que sólo un tanto
por ciento de la producción total del mismo es “haiku de lo sagrado”; pero esta parte necesita
del resto de los subgéneros para seguirse dando.
Si realmente deseamos que el haiku prenda en nuestro idioma como género propio, hay que
enseñar al lector hispano a sentir el haiku según lo que provoca en la sensibilidad japonesa.
Ignorando que el haiku es una forma concreta de encarar la realidad y comunicarla con
palabras, estamos inventándonos el haiku. Tenemos que hacernos conscientes de que su éxito
se debe a claves internas que han de ser comprendidas, y bien comprendidas, antes de
pretender que lo que nosotros estamos escribiendo sean haikus….
…Escribir haiku en castellano precisa un aprendizaje largo para que el resultado final
“funcione”. Mucho tiempo y mucha humildad. La humildad sirve para sobrellevar el tiempo
que llevamos tratando de escribirlo sin conseguirlo…..
….El haiku es un proceso que debe tener lugar en ti. El haiku no es aprendizaje intelectual; es
un entrenamiento en la percepción….
….lo que queramos; lo que queramos sentir con ese haiku, lo que queramos hacer de él, como
deseemos incorporarlo a nuestras vidas, a nuestro aprendizaje del mundo, como queramos
embriagarnos con él, simpre que no perdamos en ningún momento la cortesía que
inflexiblemente va a exigirnos la cultura nipona para abrirnos la puerta de su intimidad….
SENCILLEZ
….El haiku debe ser sencillo. La sencillez le es tan fundamental como la brevedad de su forma
métrica. El haiku es una impresión fácil de comunicar por medio de unas palabras fáciles de
comprender. El haiku no es un enigma dentro de un enigma…..
….Un haiku que no sea sencillo es una pura exhibición, un alarde del “yo” del poeta que opaca
la realidad que tiene la obligación de transparentar.
REALIDAD VIVIDA
….Si el haiku no le ha ocurrido al poeta, no hay haiku. El haiku es el suceso mismo cuando toma
forma de la palabra humana. Si no ha habido suceso, las palabras están vacías, no son capaces
de transmitir nada. …. Y nosotros estamos aquí, sintiendo en nuestro haiku la temperatura del
mundo y tratando de transmitirla a los que nos leen…
NO HAY DOBLE LECTURA, NO HAY SIMBOLISMO
….Las dobles lecturas son ajenas al haiku…
….La primera interpretación que hicieron los orientalistas del haiku se basó en valorar las
posibles dobles lecturas de los poemas. El haiku era valioso -pensaron- porque no decía lo que
aparentemente decía. Y, para saber qué decía de verdad, hacía falta todo un aparato crítico-
imaginativo que lograra articular creativamente la compleja simbología oriental. Esta idea-
gestada en el primer Orientalismo- es profundamente errónea. El haiku- como hemos dicho- es
sólo el registro poético de una instantánea que ha ocurrido ante la mirada atenta del poeta. Lo
importante no podría ser el objeto oculto de la metáfora que es el poema, porque no hay
metáforas en el haiku; lo importante es exactamente lo que se nos cuenta en el haiku. Y
debemos averiguar por qué esa aparente insignificancia que narra el haiku es importante para
un japonés, no qué simboliza….
…No hay símbolo que valga en materia de haiku. El símbolo es un desprecio a la realidad….
…todo es concreto en el mundo que nos rodea. Los universales de los filósofos son una infamia
para el poeta japonés….
…. el haiku no es un koan, no es la palabra cargada de intención de una mente diestra en hacer
añicos nuestras quimeras mentales, sino un inocente dedo de un niño señalando las cosas…
EL HAIKU NO ES LITERATURA, ES EL SABOR DEL MUNDO
….Escribir haiku no pertenece al oficio literario si no a la cortesía debida al mundo. Y esa
cortesía exige una ausencia de intención literaria. El poeta recibe un impacto de parte de la
realidad y vibra bajo su efecto; durante esa vibración- vibración hasta casi musical- se concibe
un haiku. No es el poeta el que escribe el haiku. Es el mundo el que lo escribe….
…. un haijin no es un experto en el uso de las palabras sino un individuo particularmente
sensible al mundo.
Si queremos expresarnos en haiku, hablaremos sobre lo que nos rodea sólo cuanto no
tengamos un interés personal por hacerlo; cuando seamos obligados a ello por lo que quiera
que sea que nos compele por dentro a hacerlo. El haiku no procede de un talento especial sino
de una obligación moral que tenemos para con la existencia que nos sostiene. No puede ser
consecuencia del oficio de escritor, de la necesitad de contar algo, del aburrimiento, de la
pretensión de ser sentibles o de la formación literaria. La iniciación al haiku puede decepcionar
a algunos ….. porque van a notar cómo paulatinamente sustituyen el sabor edulcorado de las
cosas, …., por el auténtico sabor del mundo…. No estamos acostumbrados al sabor de las
cosas; lo que paladeamos del mundo es lo que nosotros mismos añadimos para poder
asimilarlo. Probar el mundo de verdad exige unas dosis incalculables de falta de pretensión y
nos obliga a una reestructuración radical de lo que somos en clave de modestia….
PERCEPCIÓN GLOBAL
…..La mente japonesa está especialmente capacitada para sentir como un todo las miríadas de
impresiones sueltas que se dan alrededor nuestra. Esta percepción global- a nivel
inconsciente- llega a ser un rasgo distintivo de la naturaleza específica del japonés, a diferencia
del occidental que se concentra mucho en un punto en concreto y abandona el resto de su
entorno como si no estuviera sucediendo. ... La ”mente difusa” del japonés, la “mente
concentrada” del occidental…. son fruto de dos culturas diferentes: la cultura del “ estar” y la
cultura del “conseguir”….
AHONDANDO EN EL SILENCIO
El silencio, como el resto de las cosas, no es una realidad plana; admiten nuestro
internamiento dentro de él. ¿Cómo? Afinando nuestros sentidos. Son los sentidos lo que nos
capacitan para el viaje por el interior de la realidad, penetrando a través de los poros de la
espesa materia y desplazándonos luego por sus distintos niveles. En concreto, si ahondamos
en el silencio, descubrimos que no es silencio más que para los que son sordos a lo sutil. Todo
silencio es un enjambre de sonidos respecto a los que no estábamos preparados.
WABI-SABI
… wabi-sabi, sabor de belleza triste. Eso es el wabi-sabi: la sensación de íntima unión con el
mundo a través de esa belleza triste suya, que uno ha sido capaz de sentir.
TODO LO QUE “ES”, IMPORTA
Cuando uno por primera vez en su vida se encuentra con haiku japonés, no da crédito a lo que
lee. El haiku que ahora citamos podría ser un típico ejemplo:
Autor :Haku-un
Shika no así
yoromeki hososhi
kusamomiji
Las patas delgadas del ciervo
dan un traspié
La hierba roja de otoño …
Un ciervo que da un traspié en la hierba….Y, ante eso, surge inevitable la pregunta del lector
occidental profano en la materia: “Realmente, ¿tiene esto importancia como para escribir un
poema?”.
Para el alma japonesa está claro: si un traspiés de un ciervo de patas delgadas no tuviera
importancia, la realidad misma se desplomaría. No habría nada capaz de resistir la eliminación
de un instante que ya hubiera sucedido; la puesta del sol, la presencia luminosa de la luna en
el cielo estrellado, la llegada de la primavera, la nieve cubriendo los campos…, todo se desharía
como polvo al viento si un traspiés de un ciervo fuera algo indiferente. El poeta japonés sabe,
aunque no lo formule, que cualquier cosa importa porque pertenece al todo, a la realidad que
no puede ser si no como es. La realidad va siendo formada por lo que sucede, y lo que sucede
es el resultado de los seres, con sus características naturalezas. Atender a estas naturalezas es
el único rito que se nos pide en nuestro camino de “realización”, de transformación de
nosotros mismos en la realidad que nos asombra.