10ª -AMPLIANDO EL CONCEPTO DE YÛGEN-


Yugen puede ser, entre las ideas estéticas japonesas la más recóndita, la más inefable. El término se encuentra por primera vez en los textos filosóficos chinos, en los que tiene el significado de "oscuro" o "misterioso".


Kamo no Chomei, consideró el Yûgen como algo primordial de la poesía de su tiempo y puso estos ejemplos que quizás ayuden a su mejor comprensión:

“Yûgen es como una tarde silenciosa de otoño bajo una extensión incolora de cielo. De alguna manera y por alguna razón que debemos ser capaces de recordar, las lágrimas nos llegan sin control.”

"Al mirar las montañas de otoño a través de la niebla, la vista puede ser confusa pero lo que se ve mantiene una gran profundidad. Aunque sólo unas pocas hojas de otoño pueden ser visibles a través de la niebla, la vista es fascinante. La vista ilimitada creada en la imaginación supera con creces todo lo que uno puede ver con mayor claridad “ 

Este aspecto corresponde a una característica general de la cultura de Asia Oriental que favorece las alusiones más que la claridad y lo concreto. De algún modo el Yugen, tiene que ver con el mundo del más allá pero situándolo en la profundidad del mundo en el que toca vivir. 

El arte en el que la noción de Yugen ha jugado el papel más importante es el Teatro No, pero también al haiku, cómo no, y en este ámbito , creemos que el Yûgen, tiene que ver con una de las maneras de percibir el aware ... todo se percibe con una delicadeza infinita y nos invita a un mundo de yûgen -encanto profundo y misterioso-, algo inescrutable, como una montaña profunda que estuviera detrás de la neblina y que pareciera un mundo más allá. Todo haiku ha de tener aware, pero no tiene por qué tener Yûgen, que es como un sabor especial, como lo sería el Sabi o el Wabi…. ¿nos hemos explicado más o menos?

En la película Geisha  , hay una escena en la que la Maiko protagonista es mostrada oficialmente en “sociedad” y representa un drama sin palabras, en un escenario casi a oscuras, simulando una luz de luna en una noche de viento y tormenta, con una sombrilla y el pelo suelto. Para nosotros esa escena tiene Yûgen. 
 
Por otro lado, en el Alma del Haiku, Vicente Haya nos cuenta lo siguiente refiriéndose al concepto de Yûgen: 
 

我がやどのいささ群竹吹く風の音のかそけきこの夕かも (大友家持)
 
Waga yado no, isasa muratake, fukukaze no, oto no kasokeki, kono yûbe kamo

和我屋度能 伊佐佐村竹 布久風能 於等能可蘇氣伎 許能由布敝可母 (texto original)
 

(Tomo número 4291)

El leve susurro
de esos pocos bambúes
de mi casa
en los que el viento sopla...
¡Ah, qué atardecer!

(Ôtomo no Yakamochi)

Se considera que es una sensibilidad peculiar la de Yakamochi, y que es justamente la que caracteriza la última época de la antología (este waka se encuentra en el último tomo). Intentemos meternos en la escena: La oscuridad está lentamente empezando a envolverlo todo a mi alrededor. Sopla el viento atravesando unos pocos bambúes de la entrada del jardín de mi casa y sutilmente se oye su sonido. Y siento: "¡Qué aware tiene este atardecer!". 

La clave de la belleza de este waka está en el sonido producido por los bambúes al rozarse con el viento. Los bambúes a que se refiere Yakamochi no serán tal vez altos y gruesos sino ésos otros pequeños y delgados que suelen verse en los rincones de un jardín, cuyas ramas y hojas están a una altura accesible. Con la palabra “isasa-muratake (pequeño grupo de bambúes)”*, nos damos cuenta de que no es un auténtico bambudal sino unos cuantos bambúes. Sus hojas alargadas y ligeras se rozan suavemente. Este ruido está expresado con el adjetivo “kasokeki”: algo tan tenue que está casi punto de desaparecer, y que en Manyôshû solo empleó Ôtomo no Yakamochi en dos obras; en este tanka y en otro chôka cuya traducción publiqué en este blog (post 13 de septiembre 09). La palabra "kasokeki" parece que suena realmente como el susurro de las hojas de bambú; en japonés actual tenemos la onomatopeya “kasakasa”. 

El autor no está contemplando imagen alguna, sino sólo oyendo. Y , sin embargo, ahí está todo, como si lo estuviéramos viendo. La imagen de los bambúes, el movimiento de las hojas finas, los efectos del viento, la luz y la atmósfera del atardecer, y su aware ... todo se percibe con una delicadeza infinita y nos invita a un mundo de yûgen -encanto profundo-, algo inescrutable, como una montaña profunda que estuviera detrás de la neblina y que pareciera un mundo más allá. Yakamochi describió todo el aware del atardecer con solo un sonido.

UN ENLACE SOBRE YUGEN EN EL TEATRO NOH

TEATRO NOH